Tarde o temprano volverán a estar entre nosotros las colecciones por fascículos. Cientos y cientos de colecciones de lo más absurdas y pintorescas para enganchar a niños y adultos con su primer fascículo a 1 euro, y que la mayoría terminan huyendo con un grito ahogado cuando ven que el segundo cuesta 5 o 10 veces más.
Los kioskos se inundan de cartones de 2 x 2 metros para llevar encima 4 hojas de fascículo, una miniatura de una muñeca más fea que el demonio y 40 o 50 hojas de publicidad sobre otras colecciones incluso más extrañas.
Extraído de la página del Planeta Agostini, que queda más o menos pasando Urano a la derecha, o más lejos incluso porque si no es dificil explicarse cómo pueden hacer colecciones tan raras:
Colección de guerreros míticos. Miniaturas de plomo con guerreros como el antiguo samurai japonesés, el guerrero etrusco o el alabardero de la guerra de los cien años. Adornan grandes librerías y los fascículos acaban (con suerte) en un contenedor de reciclaje de papel. Porque no sé si habrá gente que haga esta colección para culturizarse sobre los grandes guerreros de la antigüedad, pero hoy en día, en la era de la información, si se gastase el dinero de la colección en una conexión a internet seguro que se aprendería mucho más sobre estas cosas.
Curso de ajedrez de Harry Potter. No voy a decir que no sea interesante un curso de ajedrez, pero... de Harry Potter? Y seguro que es más fácil aprender a jugar con figuras raras que con esos alfiles que parecen buzones con pitorro. Pero bueno... seguro que no es dificil acordarse también de esa colección de fascículos de cosméticos para niñas que anunciaba un cantante venido a menos que se llamaba Raúl. Una pena no encontrar ninguna imágen al respecto. También apareció hace un par de navidades un coche de Formula 1 de Iker Casillas. Próximamente en esta categoría: "Punto de cruz con Bobby Fischer", "Curso de voley playa del Capitán Alatriste" y "Aprende a pintar al carboncillo con Tiger Woods".
Y por último la colección de damas de la época victoriana... ¿son un poco siniestras no? Una colección de niñas repipi hechas en porcelana también para adornar estanterías llenas de libros. La diferencia con los guerreros de plomo es que si hay un terremoto te montan un cristo en el salón, mientras que los soldados como mucho se quedan clavados en el parqué con la alabarda. Generalmente los fascículos de estas colecciones no tienen un destino mejor que el periódico de hace dos semanas. En fin... no sé si quedarme con ésta o con la de autobuses de antaño para leerme los fascículos y abrir tema de conversación los sábados por la noche.
Pero mientras no llega la avalancha de colecciones, hago una propuesta estival para ir cogiendo práctica: Un juego de coleccionar polillas... con una grapadora! Nos ponemos en situación: Una pared de madera con una bombilla. Las polillas se aglomeran alrededor, y con una grapadora automática hay que dejarlas secas para añadirlas a la colección. Hay hasta 20 especies diferentes que tendrás que ir encontrando poco a poco. Para cada nivel tienes 50 grapas y avanzas al siguiente si cazas un total de 10 polillas. Podrás poner nombre a las nuevas especies que descubras, y si te cargas la bombilla rápidamente aparece una misteriosa mano para proporcionarte otra y permitir que sigan llegando las inocentes polillas. Pues nada, a disfrutar del Moth Stapler que pronto llegarán las colecciones de verdad.
1 comentario:
Creo que te hecharé la culpa de los exámenes que no logre aprobar. Ese juego de las polillas realmente engancha :P.
Hay que reconocer que explotan la afición que alguien pueda tener al coleccionismo hasta sacar productos tan útiles como los de maquillaje de Raul.
Comparto tu miedo a las muñecas de porcelana, que seguramente inspiraron a Tom Holland para crear su muñeco diabolico.
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