miércoles, 6 de mayo de 2009

Pelis cutres, grandes momentos

Llevo un par de días dándole vueltas a este post y no se muy bien como empezarlo, así que lo que voy a hacer es emitir una de esas afirmaciones categóricas que tanto me suele joder escuchar en boca de otros, el cine actual apesta.
Ahí queda eso, pero el caso es que no me refiero al cine comercial ni al cine de autor, ni nada que se le parezca, no voy a mentar el sagrado nombre de Bergman ni realizar un canto a aquellos maravillosos 70, lo que yo echo de menos es el cine auténticamente cutre, ese que antes abundaba en los videoclubes al lado del porno y que para encontrar ahora hay que sumergirse en esos contenedores del Opencor o las áreas de servicio entre copias de las películas de las Gemelas Olsen y las Cheetah girls. Hace tan sólo diez años el espíritu del cine ochentero seguía vivo, y las pelis cutres eran eso, cutres, y no se disfrazaban de gala con desorbitados presupuestos para efectos especiales o para pagar a sus estrellas deseosas de darse de hostias en tiempo bala. Bueno, algunas sí, como por ejemplo un par de las pertenecientes a la siguiente lista.
Los vídeos que siguen pretenden ser un repaso a algunas de las escenas más entrañables de esas películas que eran cutres de verdad, y que por ser cutres siempre hacían su pizca de gracia, que los disfruten.


No creo que haga falta introducirla demasiado, clásico de las mañanas navideñas junto con su secuela Le seguían llamando trinidad, película que llevó a la fama a sus dos protagonistas, y probablemente su cima artística junto con la anteriormente citada secuela y Banana Joe, esta última de Bud Spencer en solitario.




Claro ejemplo de película cutre de presupuesto, con una estrella en el momento álgido de su carrera como era el caso de Seagal, y un antagonista de reconocido prestigio con el cual mantener un duelo interpretativo de altura, Tommy Lee Jones, desde mi punto de vista, autentica precursora de cutradas de acción de alto presupuesto como Con Air, disfrutemos con el duelo final, está en inglés, pero que mas da, lo que dicen no nos importa.



Street Fighter: la última batalla(1994)

Posiblemente el máximo exponente de cutrez en el cine, la que marcó el camino a seguir por el resto de las adaptaciones de videojuegos (ya se que Mario Bros es un año anterior, pero no tuvo la promoción de esta última), la que arruinó la recientemente reflotada carrera de Juan Claudio( véase JCVM), y dejó un triste recuerdo del gran Raúl Juliá, pero también caspa y escenas memorables, véase, por ejemplo:



¿Os habéis fijado en el panel de control? Es evidentemente el de la recreativa original, además todo juego que se precie necesita un final secreto:



Pero a lo mejor vosotros queríais ver otras escenas, algo más clásico, no os preocupéis, aquí están:
El gran momento de Zangief
Como un relámpago


Para que luego hablen de la nariz de Nixon en Watchmen

Esta película es toda una mina.


Tal vez la obra maestra del tercera división Michael Dudikoff, posiblemente más conocido por la serie Cobra, es el súmum del cine ochentero cutre, con ninjas, un negro cachas con el pelo afro abriendo mucho la boca y marcando bien las posturas cada vez que repartía, y experimentos genéticos para crear supersoldados, debo decir que esta fue la película que me inspiró este post, así que ya podéis empezar a maldecirla, ya que fue emitida por La Sexta el lunes de la semana pasada, y no pude resistirme a verla.
El vídeo dura 10 minutos, pero lo interesante acaba a los cinco, observad ese magnífico montaje en paralelo que anticipa lo que haría hace bien poco George Lucas con la batalla final del Episodio 3 de Star Wars, y aprended que es lo que hace un ninja cuando se convierte en monja (es decir, pierde la katana). 
No podía terminar de otra forma que no fuera rindiendo pleitesía al rey del género, John Carpenter, el auténtico maestro del cine cutre hecho con gusto, o por lo menos con todo el gusto con el que se pueden hacer estas películas, maravillas del calibre de Asalto a la comisaría del distrito 13 o Golpe en la pequeña China son parte de su gran legado, pero si me tengo que quedar con una secuencia que me marcara de su cine , esa es sin duda la siguiente:


Sólo Snake Plissken podría haber cogido una ola de esa manera, con torniquete en la pierna incluido, y es que después de ver semejante secuencia uno se pregunta a donde fue a parar el elevado presupuesto con el que en teoría contaba esta película, destinada en un principio a ser una versión bien hecha de 1997: Rescate en Nueva York, pero que tiene infinitamente menos encanto.

Bueno, después de semejante ladrillo y de pasar olímpicamente de lo que dije en un principio y hablar de algunas películas con (en teoría) alto presupuesto, me retiro a reposar, espero que hayan disfrutado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, hemos disfrutado!

Raquel

Tercero dijo...

No te metas con Bud Spencer y Terence Hill. Son lo mejor de lo mejor de lo mejor de lo mejor.
Por cierto, al final encontraste el video del Snake haciendo surf.
jajajaja
Ahora tienes que hacer un post de series cutres. Ahí sí que hay donde elegir.