Ya casi han pasado tres semanas desde que comenzara mi breve vagabundeo por tierras asturianas con el único fin de poder ver en directo a Glenn Hughes, también conocido como La voz del rock, y debo decir tras asistir su actuación en la sala Albéniz de Gijón, que no se me ocurre un apodo mejor puesto. A partir de aquí empezaré la crónica totalmente subjetiva (puede que más incluso que la que hice en su día sobre el concierto de Bob Dylan en Vigo) sobre lo que allí se pudo ver.
Empecemos pues, el 25 de septiembre Hughes se presentó en Gijón para ofrecer una actuación perteneciente a la gira de presentación de su último disco First Underground Nuclear Kitchen (F.U.N.K.) que como su nombre (más o menos) indica es el disco más funky de su carrera, con diferencia, también debo decir que aún gustándome, me sigo quedando con el anterior Music For The Divine. El concierto por lo tanto discurrió por los derroteros imaginados, es decir, con un buen número de temas de su último trabajo con breves escarceos dedicados a su pasado reciente y al no tan reciente.
Nunca había estado en Albéniz, pero me pareció un sitio cojonudo, no demasiado grande, creo que tiene capacidad para unas setecientas personas, y que sin estar repleta si que se vio bastante llena, a lo mejor éramos unos quinientos los allí presentes, lo único malo fue una iluminación bastante deficiente, con un escenario demasiado oscuro hasta que Hughes pidió que lo iluminaran un poco más. Las puertas se abrieron a las 20:30 para un concierto que tenía previsto comenzar a las 21:00, pero que lo hizo con unos escasos diez minutos de retraso.
Mola mazooo...
El concierto comenzó con el típico aviso de la prohibición de fumar en el recinto, y para sorpresa de la mayoría, nos informaron también de que estaba permitido sacar fotos, aunque como no, sin flash (si, claro), para posteriormente presentarse la banda en el escenario, con una formación de cuarteto, cuando muchos (o sólo yo, no se) esperábamos ver a cinco músicos sobre el escenario con J.J. Marsh, su guitarrista habitual, a una de las guitarras, aunque finalmente el único encargado de las seis cuerdas fue Carlos Maldonado, trabajo que también desempeñó en la mayoría de las canciones del último disco.
Durante la primera parte del concierto el sonido no fue de lo mejor, por lo menos desde donde yo estaba, es decir pegado al escenario, el bajo y sobre todo la batería eclipsaban a la guitarra e impedían escuchar con claridad la voz que era lo que más nos interesaba a los allí presentes, aunque mediado el segundo tema pareció solucionarse y poco a poco la cosa fue a mejor. Tras un comienzo contundente con cuatro temas de F.U.N.K. llegó uno de los mejores momentos de la noche, una pedazo de versión de Mistreated de Deep Purple que dejó a toda la sala alucinando, sobre todo por esos aproximadamente cuatro minutos finales que el señor Hughes decidió cantar a capella, dejando a todos los asistentes mirando para él con cara de tontos, y es que tanta perfección no parecía posible, y menos teniendo en cuenta que se trata de un tío de 57 años con un pasado en el que destaca su afición por los estupefacientes, lo que debería haberle dejado la voz para el arrastre. Y si el Mistreated fue impresionante, no le anduvo a la zaga Coast to Coast, canción de su época en el grupo de culto Trapeze y que afirmó haber compuesto con diecisiete años, lo que hizo especial esta interpretación, a parte de lo buen tema que es, fue el hecho de que Hughes le cedió su bajo a Carlos Maldonado poniéndose él la guitarra en ristre, y lo hizo bien el cabrón.
El grupo se mostró siempre muy contundente con unos teclados tal vez demasiado en segundo plano, ya que sólo se escuchaban con claridad cuando no sonaba ningún instrumento más, y una guitarra que cedió casi todo el protagonismo al bajo en la mayor parte de la actuación, Hughes y Maldonado se mostraron muy activos, sobre todo el primero hablando bastante entre canción y canción, posando para las cámaras e incluso chocando las manos a los asistentes ya que no había ningún tipo de separación entre el escenario y el público, decir además que Matt Goom estuvo inmenso en la batería y no se extrañó a Chad Smith, batería de Red Hot Chili Peppers y habitual en los discos de Hughes.
-Has acertado, soy el teclista
Un hecho destacable en el concierto fue que no sonó una sola canción perteneciente a los discos en solitario anteriores al Soul Mover, siendo los tres últimos trabajos , que a su vez son los más próximos al funk y al soul, los que acapararon el concierto, al margen de la versión de Trapeze y las dos de Deep Purple. Si dos, porque tras una primera parte de algo más de hora y cuarto cerrada con una alargada versión de Steppin´ On, perteneciente a su penúltimo trabajo, llegaron los dos pedazo de bises en forma de Soul Mover y Burn, sonando esta última como una apisonadora, y debo decir que a mi personalmente me pareció muy superior a la versión que actualmente hacen 
Whitesnake.
Al final el concierto se fue hasta una hora y cuarenta minutos dejándonos a todos con ganas de mucho más, pero más que satisfechos por lo que habíamos visto.
Como anécdotas comentar que los aficionados de las primeras filas que tenían acceso al pie de micro de Glenn lo saquearon literalmente, quitándole las púas antes y después del concierto, también me pregunto si aquel o aquella al que le dio una toalla en mitad del concierto la habrá lavado, ya que Hughes se preocupó de limpiarse bien la oreja donde llevaba puesto el pinganillo con ella, y para terminar (por fin) destacar la que para mi fue la frase del concierto pronunciada en más de una ocasión por un asistente situado a mi lado:
-"Esto es pornografía musical."-Amén
Formación:
Glenn Hughes- bajo y voz.
Carlos Maldonado- guitarra.
Matt Goom- batería.
Anders Olinder- teclados.
Repertorio:
Crave
First Underground Nuclear Kitchen
Never Say Never
Oil And Water
Mistreated
You Got Soul
We Shall Be Free
Coast to Coast
Don't Let Me Bleed
Love Comunion
Steppin' On
Bises:
Soul Mover
Burn
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