No soy un gran aficionado al cine español, no porque crea como muchos que todo lo que se hace en este país es una mierda, algo que no es del todo correcto. Las razones por las que veo poco cine español es que tengo la absurda idea de no pagar por ver comedias idiotas (de las otras, las que hacen gracia, no se suelen hacer), prefiero verlas cualquier día tirado en el sofá de mi casa, y porque para ver a gente pasándolo mal por culpa de este mundo de mierda ya me llegan las noticias, además de que normalmente son bastante malas.
Con Celda 211 no pasa eso, es evidente que pertenece al segundo tipo de película de las expuestas anteriormente, y la verdad es que tiene los inevitables momentos moñas esperables en este tipo de producciones nacionales, tampoco estaba avalada por la indiscutible carrera de su director, Daniel Monzón. Entonces, os preguntareis, por qué cometí la insensatez de ir a ver una película nacional, con toda la pinta de drama social y dirigida por un hombre con una carrera tan pobre.
Las razones son varias, una es que no es normal que la crítica se ponga de acuerdo a la hora de avalar un película, y menos si es nacional, donde la amistades y enemistades se hacen más patentes, pero esto no fue así en el caso del filme en cuestión, que en general salió bastante bien parado, y por otro lado Daniel Monzón no tenía una carrera plagada de dramas sociales destinados a agitar conciencias, lo que casi garantizaba (como así fue al final) la voluntad de contar una historia, no la de echarnos la bronca a los espectadores por vivir mejor que los protagonistas de la película.
De todas formas, la madre de las razones es la que sigue:
Luís Tosar, vaya papelón que hace el hijo de puta.
Debo reconocer que nada en esta película me decepcionó, es entretenida y está bien hecha, mejor interpretada y no intenta ser aleccionadora ni nada por el estilo, simplemente cuenta una historia. Refrescante por otro lado el recuperar a Antonio Resines en su clásico papel de cabrón, pero renunciando a cualquier tipo de comicidad, es algo que se le echaba de menos (aunque sea inevitable que a alguna gente se le escape la risa al verlo patear a alguien), porque sí, Resines puede ser un actor serio.
También me gustaría hacer una mención especial al papel de Luís Zahera (también conocido como Petróleo), vaya crack.
Sin más dejo el motivo por el que se me ocurrió escribir esto, una entrevista a Luís Tosar y a Alberto Ammann realizada por Fotogramas con motivo del estreno de la película.
Trailer :
Bonus: